Por. Eliana A. Quintero-Gallego (Neuropsicóloga, Uniepilepsias).
En la primera parte, exploramos los cambios que pueden surgir en la identidad personal una vez que se logra controlar o reducir las crisis. Sin embargo, este avance también puede traer consigo nuevos desafíos. A continuación, te presentamos algunos para que puedas reflexionar sobre ellos. Es esencial recordar que seguramente has enfrentado estos u otros desafíos en tu vida, y que no estás solo en este proceso de cambio. Muchas de las inquietudes, angustias, alegrías, contradicciones, incertidumbres y expectativas que experimentas son compartidas por otras personas. Reflexionar sobre estos desafíos y sobre tu situación personal es un paso crucial hacia su comprensión y resolución.
Después de una cirugía para tratar las crisis epilépticas, las personas pueden enfrentar una serie de desafíos, que abarcan lo físico (como la recuperación física), lo emocional (como el manejo del estrés), lo social (como la reintegración social) y aspectos relacionados con el tratamiento. Es esencial reconocer si necesitas apoyo médico, emocional o social y buscarlo para garantizar un bienestar integral.
A continuación, presentamos algunos de estos desafíos agrupados bajo el acrónimo ACA, que representa:
Esperamos que este acrónimo te facilite recordarlos.
1-Aceptar la nueva situación: Reconocerse como una persona sin crisis y, por ende, con mayores libertades, supone dejar atrás la etapa anterior. En esta nueva realidad, es crucial estar dispuesto a adaptarse a las circunstancias presentes y responder de manera adecuada y creativa a las nuevas demandas de la vida. La aceptación se relaciona estrechamente con la flexibilidad y la adaptabilidad, cualidades esenciales para realizar ajustes coherentes con las exigencias de las situaciones emergentes en cada momento.
2-Reconocer que la identidad es un proceso continuo de cambio.
La vida está llena de transformaciones, y la identidad no se limita a una condición médica o a rasgos fijos. Se forma a través de interacciones con el entorno y las relaciones sociales, evolucionando con el tiempo gracias a las experiencias y aprendizajes. Esta noción nos permite comprender mejor a los demás y fortalecer nuestros lazos con ellos. En esencia, somos seres en constante evolución
3- Darse cuenta que aquello que antes acaparaba toda la atención ya no está presente. Las crisis, al ser el centro de atención debido a las limitaciones que generan, el medicamento necesario para su control y su impacto, pueden consumir gran parte de la atención. Sin embargo, al no estar presentes, la atención comienza a dirigirse hacia otras situaciones que, aunque quizás estaban presentes, pasaban desapercibidas. Por ejemplo, es posible identificar problemas en la relación de pareja o déficits en la memoria que antes no se habían notado. Por tanto, este cambio en el foco atencional, permite percatarse de otras dimensiones de la vida.
A manera de conclusión:
Enfrentar los desafíos, ya sean estos u otros similares, es un proceso individual que puede manifestarse gradualmente en la vida de cada persona. Esto es común tanto en aquellos que han pasado por circunstancias similares como en cualquier ser humano que se enfrenta a situaciones nuevas. Observar lo que sucede, comprenderlo y tomar acción para transformarlo es fundamental. En nuestro próximo artículo, exploraremos estrategias prácticas para abordar estos desafíos a medida que surgen, proporcionándote herramientas para enfrentarlos con confianza y resiliencia.
No te pierdas la última parte de este artículo, donde exploraremos aún más sobre los desafíos de vivir sin crisis
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