Las personas que tienen crisis epilépticas durante años y años pueden sentirse abatidas y tristes debido a las limitaciones que les impone la enfermedad, también es fácil que se sientan irritadas, frustradas y con desesperanza, en algunas ocasiones pueden descontrolarse en su hostilidad, en la ansiedad o el llanto debido a que la epilepsia de larga evolución facilita que falle el control emocional.
Algunos medicamentos que controlan la epilepsia no son tan buenos con el estado de ánimo y la conducta, frecuentemente con estos medicamentos pueden presentar depresión, ansiedad o irritabilidad.