Aunque la epilepsia es una enfermedad crónica que no se cura, sí es posible controlar las crisis epilépticas. Para ello se utilizan tratamientos farmacológicos y no farmacológicos. Dentro de las posibilidades no farmacológicas hay algunas estrategias enfocadas al manejo del estrés psicológico, que se puede convertir en un detonante para las crisis.
Dentro de estas estrategias se encuentran las técnicas de relajación, respiración y meditación que pueden ayudar a controlar el estrés. También se ha utilizado el mindfulness para aceptar la situación y afrontar las posibles dificultades. Este tipo de estrategias reducen la ansiedad, la preocupación por las crisis y mejoran la calidad de vida dando una sensación de vitalidad y bienestar.