

Por Eliana Alexey Quintero-Gallego (Neuropsicóloga, email: eliaale.quinga@yahoo.com)
Así como guardas una reserva de alimentos en tu alacena y tienes un ahorro de dinero en el banco o en algún otro lugar es importante mantener un capital mental……
La alacena con alimentos
El ahorro del $
Nuestra reserva cognitiva
La reserva cognitiva (RC /capital mental) ha sido relacionada con una serie de factores como son la educación, la actividad física y la alimentación, entre otros y es la capacidad que le permite al individuo afrontar y resistir de manera positiva el impacto que puede tener alguna lesión cerebral o el deterioro cognitivo. Desde este modelo activo, que ha sido presentado de manera extensa por Yaakov Stern, el cerebro es capaz de compensar deficiencias gracias a los recursos que se han ido acumulando a través de las experiencias de vida. De manera que la RC puede ser un factor neuroprotector frente condiciones neurológicas inesperadas, es decir, minimiza su potencial daño o retrasa un posible deterioro cognitivo.
La RC es el resultado de la plasticidad cerebral y ésta hace referencia a la capacidad que tiene el cerebro de cambiar a lo largo de la vida, desarrollarse, evolucionar y adaptarse ante nuevas situaciones, produciendo cambios estructurales y funcionales que son el resultado de la experiencia y del aprendizaje. Así pues, se pueden modificar hábitos arcaicos y crear nuevas conexiones neuronales que le permitan al individuo responder de una manera más efectiva frente a las demandas del entorno.
Los estudios en población con epilepsia (p. ej. Santamarina y Corral, 2009) han demostrado que los pacientes con baja RC tienen mayor déficit cognitivo respecto a los pacientes con alta RC. Así mismo se señala que esa mayor RC puede ayudar a retrasar la manifestación de alteraciones cognitivas asociadas a epilepsias del lóbulo temporal; es decir, que actúa como un factor neuroprotector y las personas podrían compensar con mayor éxito los déficits cognitivos asociados a la enfermedad mediante la activación de redes neuronales que no se utilizan habitualmente.
Cada individuo tiene en sus manos la responsabilidad de escoger el “alimento cognitivo” que está dando a su cerebro y también tiene la posibilidad de cambiarlo para proteger y construir su RC.
Es importante acumular experiencias positivas, saludables, virtuosas y beneficiosas y mantenerse activo cognitivamente a lo largo de toda la vida. El recordar que, así como mantenemos alimentos en la alacena o ahorramos una parte de los ingresos, buscando que estas reservas monetarias o de víveres sirvan para los tiempos de escasez; es transcendental forjar desde ya una RESERVA COGNITIVA que facilite la compensación de deficiencias cognitivas en el caso de un daño producido por una enfermedad neurológica, pero también conserve un cerebro sano para los años venideros.
Reflexiona conscientemente sobre tus hábitos de vida: ¿son saludables o perjudiciales? e incluye poco a poco en tu experiencia las siguientes actividades, que promoverán la formación de esta RC:
“TODO SER HUMANO, SI SE LO PROPONE, PUEDE SER ESCULTOR DE SU PROPIO CEREBRO”.
(RAMON Y CAJAL).
Y para hacer esto que propone Ramon y Cajal RECUERDA:
Referencias:
Reserva cognitiva:
Plasticidad cerebral:
Epilepsia y reserva cognitiva
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